sábado, 11 de febrero de 2012

Algo de febrero

Me gusta el melón calameño, no es que antes no me gustara pero el olor fuerte que tiene y su color y sabor intenso, no me agradaba mucho. Ahora me gusta realmente.

Mi bicicleta es super charcha la wea, pero es como apañadora y qué más iba a pedir si me costó 50lukas no más po, no estaba dispuesta a pagar más que eso y como llevaba webiando años por ella y mi viejo me dice que nunca me iba a comprar una, malmente influenciado por mi madre, filo yo sabía que cuando tuviera las lucas me la compraría así que era ahora o nunca. O era salir a conocer lugares nuevos con esa plata que estaba destinado a eso, de hecho, o era la bici. Y como en realidad era una incertidumbre cuando iba a tener libre en febereiro, vamos por la bici, que vuelvo a decir es bien apañadora, aunque algo incómoda la wea.

La sandía me tiene como chata y quiero más melón tuna.
Me carga la gente que a cada rato pone su ubicación, y lo que está haciendo.
Es como que invirtieran más tiempo en escribir a cada rato que de estar donde están realmente.
Bueno, es noche de Sábado se han muerto varios cantantes y Santiago no está tan desolado como antes en esta fecha.

Y aunque suene hinchaweas, como me gustó La Piel que Habito, es la raja la intriga que tiene. Sonará, es, o no es tal ves, pero para mí ya, primero la estética no es tan almodovariana ésta vez, las actuaciones tampoco diría que están dentro de su estilo. La comedia (casi) siempre presente acá se podría reducir a un escueto minuto de la cinta.
Sin embargo, la historia y la música evocan tanto todo lo que es Almodóvar siempre, que es imposible no hacer nexos con otras de sus películas.
En este caso, todo lo psicótico del personaje de Antonio Banderas es comparable al sicópata que interpretaba en Átame, el que raptaba a su actriz porno favorita sólo para enamorarla y hacerla su mujer.
La figura materna siempre puesto de alguna manera en sus películas acá tampoco se deja de lado, y Marisa Paredes interpreta a una madre oculta en su rol, que hasta el final jamás revela a su hijo que lo es.
El amor que llega a tal extremo enfermizo, de querer transformar a una persona fisícamente, en lo que era tu pareja, ya muerta.
A mí lo que me más me aterra/gusta, es lo último. Los amores enfermizos que se ven en sus películas, en Tacones Lejanos, el abogado que oculta su verdadera identidad sólo para ayudar desde su lugar y en silencio a la mujer que quiere.
En La ley del deseo, el chico que está enamorado de su cineaste favorito, lo conoce, lo ama una noche, queda prendado y va en busca de la pareja de su amor para asesinarlo puesto que el cineasta es sólo suyo.
En Mujeres al borde de un ataque de nervios, el desamor de la protagonista que intenta decirle a su ex pareja del hijo que lleva dentro y tras infructuosos intentos por verlo a él y decirle, el único encuentro que llevan a cabo para esto ocurre por obra del destino y ya, ella deja de lado la opción de atarlo con ese recurso, a pesar de que sea cierto, pues se convence que él ya no la ama.
Almodóvar gran valor, mi favorito.


Un extra: no es posible que a esta hora de sábado no hayan minimarket abiertos, nuestro intento por hacer beilis pobre nuevamente es boicoteado.

No hay comentarios.: