Hoy volví a ese lugar que quiero tanto, y tuve unas ganas locas de quedarme ahí.
Para siempre.
En mi observación, recordé que todo, TODO era mucho más simple en esa época. También volvieron a mi mente los viejos fantasmas del tipo amor-es.
Y hasta con esas despedidas culiadas me dieron ganas de llorar, estaba llorando un poquito y me retuve.
Después con todo el peso de mi ánimo volví a la realidad y fue doloroso.
Que lata, no quería de verdad que no.
Hasta que llegué y me dí cuenta que sí existo en ese espacio, sí soy importante para muchos y me sentí hasta bien. El día pasó de manera agradable, hasta ensayamos cagados de la risa, luego hubo terapia de risa y todo terminó cool caminando desde el metro hasta mi casa repitiendo a Elvira hasta que acá, después de repetir y repetir me encontré un poco con ella, un poquito pero algo es algo.
Y ahí encontré LA ESPERANZA
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