lunes, 12 de octubre de 2015

Cuándo dejaremos de sufrir?

Ha sido un día de mucho dolor, ha sido un año de mucho dolor.
Luis Caro, Pedro Lemebel, mi vecino Manuel, Hiro, el Gurú y el que más duele, mi tía Julia...
ay tía Julia, cuanto dolor siento por su muerte, cuanto vacío siento.
Usted era mí tía, esa que me iba a ver a las presentaciones de danza clásica y que luego me iba a ver a la obras, la que me decía "Ya vas a ir a webiar?" cada vez que yo tenía ensayo, pero que a pesar de molestarme me prestaba los vestuarios y todo eso que usted tenía y que yo no encontraba en ninguna parte. Su ensalada de zapallo italiano, choclo, mayo y algo se me va, porque claro hace muchooo usted ya no cocinaba con esas benditas manos, que cuantas veces cocinaron exiquisiteses que probé.Veranos juntas, quedarme en su casa, hacerme cariño, ay tía me duele tanto que ya no esté, no la podré llamar por teléfono y cantarle teatrooo lo tuyo es puro teatrooo y esperar a que me respondiera con un garabato o me cortara el teléfono (reacciones que me encantaban)
La quiero, siempre la querré, mujer trabajadora, femenina, fotogénica, querida, admirada, viajera, buena para el juego y el cigarro, cariñosa y con la mano suelta para esos manotazos. Alcanzamos a hablar, le dije gracias por todo, la quiero mucho, aunque ya esté descansando de la lucha que dio para vivir, nada me consuela saber que no la volveré a ver.
Cuándo dejaremos de sufrir?
Nunca, odio la muerte y no me conformo.

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