domingo, 23 de junio de 2019

Cerca de separarme de mi amiga, me bajo la pena, la alegría momentánea llegaba a su fin y la lluvia que estaba cuando salimos más me hizo recordar a mi mamá, y la lluvia, y lo tarde y el frío.
Mi mamá me hubiera estado llamando, dónde estás, estás bien, cuidado, etc...

Venía caminando por la calle que está cerca de mi casa, tarde 3.30 am apróx., cuando me baje en la avenida principal dije, si hay taxis tomo uno a casa, si no, camino. Llovía, yo con mi paraguas protector y mi música, nada más me puede faltar, sigo caminando, pienso "y si se aparecen cumas y me asaltan",  filo, voy tan mierda y apenada que los persuadiría: "oye mi mamá falleció hace 4 semanas, yo no tengo nada, tengo pena, no me weís"... sigo caminando con la música, la lluvia, el frío y digo, nada me va a pasar, se supone que voy con mi mamá, y mi abuelo Juan y mi abuelo Julio... y mi tía Julia. Voy muy protegida, qué me va a pasar. Sigo caminando y pensando en esto, en mi mamá, en la música, nadie en la calle, apenas un ciclista por la vereda del frente, sigo caminando, mamá, hasta llegar a la esquina de la calle de mi casa, en el paradero una pareja, me da seguridad, doblo en la calle a mi casa, pienso: que bakán saber que llegaré y tengo una estufa, techo, agua caliente.


Tengo estufa, techo. Tengo techo. Pienso en el caballero que vimos saliendo del metro Moneda, acaso? en los indigentes que estaban afuera del Teatro de la Universidad de Chile. Me siento afortunada.

(escrito y subido originalmente sábado 15 de Junio, 04.10 apróx.)

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