Blog, blog, todavía existes blog...
Y yo todavía escribo en ti cuando la vida va cuesta abajo.
Quien pensaría esto de la cuarentena, guardarse, parar la máquina de la vida, no ir a trabajar, no ver a los más queridos a la fuerza.
Es terrible, justo en el momento en que luego de meses de stop, venía recuperando algo de vida, gracias precisamente a la fortuna de poder ir a trabajar, del afecto de mis más queridos.
De uno en particular que me ha devuelto vida, entregándome amor y cariño.
Aunque digan que esto es pasajero, un par de meses, pero cuando se retorne gradualmente, todo va a cambiar, la incertidumbre es grande, el pasar de los días lento, el recordar es fuerte y triste. La soledad.
Todo es incertidumbre.
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